sábado, 11 de julio de 2009

Sola en la noche.

Hace dos noches me decidó a dar un paseo para relajarme un poco. Evadiendome de los problemas que me trajo el acostarme con mi jefe aquella vez que Asadne me obligó a ello, pues despúes de ese suceso el jefe me ascendió a un despacho de administración cerca de el suyo y a decir verdad me siento bastante acosada por sus visitas, que para mi gusto, dentro de la oficina, están demasiado subidas de tono. Además me dice que si no visto con minifalda me bajará el sueldo y me pondrá en uno de los peores departamentos, El archivo, donde las unicas personas que veré seran a los fallecidos que todavía tienen pendientes algunas rentas.

Mientras paseaba, como antes dije, hace dos noches, ví un par de yonkis y alguna que otra prostituta y Asadne quiso comenzar otra de sus aventuras. Me pidió que me quedase quieta esperando que algún mal hombre requisiese mis servicios en función de prostituta. Me negué pues aunque la idea me atrajese, es un riesgo meterse en el coche de un desconocido, para más sin tener medidas anticonceptivas. Entonces Asadne me forzó como ya lo ha hecho en más de una ocasión. Me pidió que me quedase parada, me subiese la camiseta y me tocase un pecho a la espera de un cliente. Obedecí, pues todavía no sé qué me puede pasar si me niego por completo, aunque estoy casi segura de que tomaría posesión de mi cuerpo quitándome todo el control sobre él.

Me sentía insegura, pero a su vez ese sentimiento de inseguridad aceleró mi corazón y la adrenalina cumplió bien su función de darme el valor suficiente como para soportar aquella situación.

Varios coches pasaron a mi lado relentizando la marcha y echando un ojo al producto en venta, pero elegían a otro tipo de mujer una manzana más alante. Fue al quinto coche, creo recordar, el que paró y abrió la ventanilla mientras una mano me insinuaba que entrase al coche. Entré y descubrí un hombre joven, bien bestido y afeitado con un peculiar aroma a Hugo Boss. Me dijo que mis días de sufrimiento habían acabado, y que buscaban a alguien con mi físico para un burdel bien pagado, pero que antes, para comprobar la calidad de la mercancía le tenía que hacer una felación mientras yo me dejaba tocar. Él mismo me ofreció un preservativo y varias calles más abajo se decidó a bajarse los pantalones. Le pregunté que cuánto me pagaría por la felación y que cuánto me pagarían en el burdel y me dijo que primero, antes de responder a mis preguntas debía conocer de qué materia estaba hecha. No sabía qué iba a pasar y por qué no me respondía a ninguna de mis preguntas. Quería saber más sobre él antes de saltar al vació y entonces Asadme me habló, como siempre, de manera telepática, y me dijo que me desnudase y me pusiera sobre él ofreciéndole mis pechos y colocando sus manos sobre ellos, mientras yo me tocaba para excitarle. Sentía fuego dentro de mi y como el mienbro de él aumentaba por momentos, y en ese instante clavé dentro de mi su enorme falo y comencé a moverme. Estaba gozando muchísimo. Ya nada me importaba a pesar de no saber qué sucedería. Entonces él me gritó que parase, que no le había puesto el preservativo, pero ya era tarde, estaba demasiado excitada como para parar y entonces él me llenó por dentro. No por ello paré de moverme y seguir en pleno acto y esperé a que él eyaculara por segunda vez.

Al acabar me bestí y recogí de mi bulva los restos de semen y le pedí que por favor me dejase en mi casa. Eso hizo, no sin antes ofrecerme 200 euros y pedirme el número de teléfono.

Espero que me llame pronto, quiero volver a verle. No me atrajo físicaente, pero el pacer con el que me inundo fue inmejorable.

1 comentario:

  1. Buenas... muy buen blog! Felicitaciones!!!

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    Paula y Manuel
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